You Make Me Different

  Me desperté. Imagine todos los momentos que pasaría en el día de hoy. Mamá debía despertarme. El cronograma de actividades planeadas así lo indicaba. Quizás se le había olvidado entre tantas obligaciones. Un escalofríos comenzó a recorrer mi cuerpo. Lo inimaginable me invadía, no quería ni pensarlo. No cabían dudas de que sólo se le había pasado de largo, e iríamos más tarde por lo que nos correspondía. Pasaban los minutos y mamá no aparecía, solo escuchaba pasos alterados detrás de cada puerta. Era algo normal. Después de todo en esta casa es algo común, además de las voces que se elevan hasta convertirse en gritos, las discusiones tontas, un par de peleas como en toda familia y demás. Sin embargo había algo que me tenía preocupada, y esquivaba pensarlo. Quería sacarlo de mis pensamientos, porque suponía que las cosas mejorarían y que un milagro obraría para ayudarlo y ayudarnos. 

  Entre el silencio que invadía mi habitación, y los ruidos particulares de la naturaleza y algunos movimientos de objetos, pude oír una conversación entra mamá y mi abuela. Esperábamos gente. Así que me dije a mi misma que hablaban de ellos. Seguía negandole a mi mente lo que no quería que pase y me venia atormentando desde ya hace una semana. 

  Ya con la mente tranquila me dispuse a dormir unos segundos más. Vengo muy cansada y como no venían a buscarme para hacer lo que debía, decidí aprovechar de ese tiempo. No alcance a echarme de nuevo, que aparece mamá por la puerta, dejando entrar en el acto una pequeña iluminación. Se me acerco, y yo no dejaba de pensar en lo que no lograba irse de mi cabeza, eso que no quería pensar, pero se me hacia imposible porque me mantuvo preocupada este ultimo tiempo. No venia a buscarme para hacer lo que teníamos planeado, se me acercó, tomó mi rostro y me dio la noticia que no quería recibir.

  Me eche a llorar, le dije "todos se mueren" llena de rabia. Le toco a él, una persona joven, llena de vida, que deja a toda una familia destrozada, a un par de niños sin padre y que no llegó a saborear como se debe esto que se llama vida.

  Estoy helada, muerta de miedo, todavía no caigo. Se que a todos nos llega la hora de partir, pero no me parece justo que le haya tocado a el. 

  Es sábado, es temprano, y se repite la historia. Ahora estas ahí con la abuela cuidándonos a todos desde el cielo. No vamos a olvidarte, y te recordaremos siempre como una persona alegre, que quería divertir a los demás. Te voy a echar de menos. Dejas un gran vacío pero siempre estarás en nuestros corazones.